SANIDAD DIVINA
El primer pacto que el Señor (Jehová) hizo con los hijos de Israel después de haberlos sacado de Egipto fue un pacto de sanidad. El Señor dijo: “si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios (Jehová – Rapha, el Señor Sana), e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envíe a los Egipcios te enviaré a ti; porque Yo soy Jehová tu Sanador” (Éxodo 15:26).
En algunas traducciones se lee: “Porque Yo soy Jehová tu médico”, siendo El nuestro médico o doctor, tenemos el más capaz de todo el mundo. Nuestro Señor Jesucristo rodeó Galilea, predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. (Mat. 4:23,24).
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por todos los siglos (Heb. 13:8)
Los sufrimientos vicarios del Señor Jesucristo pagados para la
Sanidad de nuestros cuerpos fueron los mismos que para la salvación de nuestras almas, porque “por su llaga fuimos nosotros curados”. (Isa. 53:5). En Mateo 8:17, se lee: “El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias”. Véase también (1ª Pedro 2:24). Por lo anterior vemos que la sanidad divina para el cuerpo está en expiación.
Siendo cierto esto, entonces es para todos los que creen. Jesús dijo hablando de creyentes, “…sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”. Más tarde Santiago escribió en su epístola a todas las Iglesias: ¿Está alguno entre vosotros enfermo? Llame a los ancianos de la Iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecado le serán perdonados. Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente puede mucho” (Sant. 5:14 – 16).
SACRAMENTO O COMUNIÓN
La noche en que fue entregado el Señor, comió la cena pascual con sus Apóstoles. Después de lo cual instituyó el sacramento. “ Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió y les dio, diciendo: Este es mi cuerpo que por vosotros es dado: haced esto en memoria de mí. Asimismo también el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”. (Lc. 22:19,20). Pablo instruyó a la Iglesia cómo observarla. (1ª Cor. 11:23:34). Así fue instituido el uso del pan literal y el fruto de la vid, los cuales se toman literalmente, como emblemas de su Cuerpo partido y Su sangre derramada. Hay también un significado espiritual y una bendición al participar del Sacramento.
LAVADO DE PIES
Después que hubieron cenado, leemos en Juan 13:4 – 5, “Se levantó de la mesa, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciño. Luego puso agua en un librillo, y comenzó a lavar los pies a los discípulos, y enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido”.
Pues si yo, el Señor y Maestro he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como os he hecho, vosotros también hagáis. (Juan 13:14-15).
Este primer ejemplo fue dado por Nuestro Señor, y es una institución divina. Debemos seguir este ejemplo lavándonos los pies los unos a los otros; y esto manifestando el espíritu de humildad.
LA SANTIDAD
Vivir piadosamente debe caracterizar la vida de todo hijo del Señor, y debemos vivir de acuerdo con el modelo y ejemplo dado en la Palabra de Dios. “Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres se manifestó, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos vivamos en este siglo, templada, y justa, y piamente”. (Tito 2:11-12). “porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas. El cual no hizo pecado: ni fue hallado en su boca; cuando padecía no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente”. (1ª Pedro 2:21-23).
“Seguid la paz contados y la santidad sin la cual nadie verá al Señor”. (Heb. 12:14). “Si como aquél que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: porque escrito está; “Sed santos porque yo soy santo”.
Y si invocáis por Padre a aquél que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación: Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibistéis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata; sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”. (1ª Pedro 1:15-19).
Desaprobamos completamente que nuestro pueblo se mezcle en cualquier actividad que no esté de acuerdo con un buen cristiano y una vida piadosa, tales como teatro, bailes, baños mixtos, corte de cabello en las mujeres, maquillajes y cualquier vestido que inmodestamente exponga el cuerpo, todos deportes y diversiones mundanas y programas de radio y música que no sean sanos. Más aún, por causa del despliegue de todas estas cosas malas en la televisión, desaprobamos que cualquiera de nuestros creyentes tengan aparatos de televisión en sus casas. Amonestamos a todos nuestros creyentes que se abstengan de cualquiera de estas prácticas en interés del progreso espiritual de la pronta venida del Señor por su Iglesia.
LA GRACIA DE DIOS
“Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres, se manifestó enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa y piamente”. (Tito 2:11-12).
“Porque la ley de Moisés fue dada, más la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha”. (Juan 1:17).
Un cristiano para guardarse salvo, debe caminar con Dios y guardarse en el amor de Dios (Judas 21), y en la gracia de Dios. La Palabra “gracia” significa “favor”. Cuando una persona comete trasgresión y peca contra Dios, pierde Su favor. Y si continúa cometiendo pecado y no se arrepiente, finalmente se perderá y será lanzado al lago de fuego. (Léase Juan 15:2. 2ª Pedro 2:20-21). Judas habla de los que se tornaron atrás en su día y de su recompensa. (Léase también Heb. 6:4-6).
“porque por gracia sóis salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. (Efe. 2:8).
RESTITUCIÓN DE TODAS LAS COSAS
Entendemos que la Escritura enseña la restitución de todas las cosas que Dios ha hablado por boca de todos sus santos profetas desde el principio del mundo. (Hch. 3:21). Pero no podemos encontrar donde el Diablo, sus ángeles y todos los pecadores están incluidos. (Véase Ap. 20:10).
DISCRIMINACIÓN RACIAL
Creemos que en el cuerpo del Señor Jesucristo que es su IGLESIA, no existe la discriminación racial, en consecuencia el pueblo de Dios, se compone de creyentes de todo color y categoría. En Cristo ya no hay ni siervo ni libre.
LA TRASLACIÓN DE LOS SANTOS
Creemos que se está acercando el tiempo de la aparición del Señor; entonces los muertos en Cristo se levantarán, y nosotros los que quedamos seremos arrebatados con ellos para encontrar al Señor en el aire. (1ª Tes. 4:13-17; 1ª Cor. 15:51-54; Fil. 3:20-21).
DIEZMOS
Creemos que el diezmo es el pan financiero de Dios para proveer Su obra y ha existido desde los días de Abraham. El Diezmo vino bajo Abraham por fe; la ley de Moisés lo ordenó, e Israel lo práctico cuando estaba bien con Dios; Jesús lo aprobó (Mateo 23:2). Y Pablo habló de apartar conforme Dios prosperara. No debemos robar a Dios su porción, es decir los diezmos y las ofrendas. (Léase Mal. 3).
SEGUNDA VENIDA DE JESÚS
Que Jesús viene otra vez por segunda vez en persona, tal como se fue, está claramente expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue predicado y enseñado en la iglesia primitiva por los Apóstoles; por lo tanto los hijos de Dios deseosa y esperanzadamente miran hacia delante a este glorioso acontecimiento. (Mat. 24; Hch. 1:11; 3:19-21; 1ª Cor. 11:26; Fil. 3:20-21; 1ª Tes. 4:14-17; Tito 2:13-14).
EL MILENIO
Creemos además, que para la angustia sobre la tierra es el “principio de dolores” y se tornará más intensa hasta que habrá un tiempo de aflicción cual nunca fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será (Mat. 24:3-8; Dn. 12:1) y este periodo de tribulación será seguido del amanecer de un día mejor en la tierra y esto por mil años y habrá paz en la tierra y buena voluntad (Ap. 20: 1-5; Is. 65:17-25; Mat. 5:5; Dn. 7:27; Miq. 4:1-2; Heb. 2:1-4; Rom. 11:25-27).
JUICIO FINAL
Cuando los mil años terminen, habrá una resurrección de todos los muertos, los cuales serán reunidos delante del Trono Blanco para juicio final, y todos aquellos cuyos nombres no sean hallados en el Libro de la Vida, serán lanzados en el lago de fuego ardiendo con azufre, que Dios ha preparado para el Diablo y sus ángeles, siendo Satanás el primero en ser lanzado (mat. 25:41; Ap. 20:7-15; 21:8).
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- Evangelina Cárdenas Flores.
- Hacen ya 18 años aproximadamente que comparto con mi esposo e hijos la bendición de trabajar en el Ministerio, es nuestra oración que a travez de éste medio usted pueda ser bendecido, e igual podamos mantenerle informado del avance de la obra en México a nivel Local, Distrital y Nacional.
05 febrero, 2008
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